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Con el tiempo, Colabuono se convirtió en el experto en estas rarezas perdidas desde los primeros días de la industria del cómic. Ahora, cuatro de sus botes de ceniza, incluido uno de los dos botes de ceniza supervivientes de Superman Comics de 1939, salen al mercado por primera vez durante la histórica subasta de Heritage Auctions del 7 al 10 de abril de Comics & Comic Art Signature®.
"Gary ha sido un amigo cercano mío durante casi 30 años, y estoy extraordinariamente agradecido de ofrecer estos en su nombre", dice el vicepresidente sénior de Heritage Auctions, Ed Jaster. “No tengo dudas de que el mercado lo recompensará por sus décadas de administración impecable de estos tesoros”.
La colección de Colabuono y sus ensayos sobre los botes de basura han aparecido en numerosos libros de historia, entre ellos el imprescindible Comics Between the Panels y el tesoro del 75.º aniversario de DC Comics The Art of Modern Mythmaking. El autor de la historia de DC, su expresidente Paul Levitz, incluso inscribió la copia de Colabuono con una nota de agradecimiento: “¡Para Gary, sin el cual no habría páginas 96-97, y mucho menos divertido en el mundo de los cómics! ”
Pero en 1985 solo sabía del significado de los basureros por su procedencia.
“Debido a que procedían del presidente jubilado de DC Comics, Sol Harrison, sabía que se trataba de elementos de importancia histórica”, dice Colabuono. “Había Wonder Woman en una portada blanca, y nunca había visto algo así. Yo estaba como, '¿Qué estoy mirando?' Lo mismo con Superman Comics, con su portada en blanco y negro de Action Comics #7. Y yo me preguntaba: '¿Qué es esto?'
“Tenía una especialización en historia en la universidad, así que comencé a investigar. Al principio solo había una curiosidad. No había mercado. Nadie sabía de ellos. Me tomó un tiempo entender todo esto. Era amigo de Paul Levitz, y soy el único que pudo entrar en los archivos de DC y hacer toda esta investigación”.
Descubrió que se enviaban botes de basura a la Oficina de Patentes y Marcas Registradas de EE. UU. para asegurar el nombre, el logotipo e incluso los héroes de un cómic para defenderse de los rivales. La imagen de portada y el arte interior eran solo marcadores de posición tomados de otros cómics; todo lo que importaba era el título y el aspecto de su logotipo, para ser grabado y registrado antes de que alguien más pudiera reclamarlo. Luego debían ser arrojados a la pila de basura, de ahí el nombre cenicero, el destino final previsto de estos extraños objetos únicos que rara vez se ven.
Pero la basura de una empresa se convirtió en el tesoro de Colabuono, sin mencionar la pasión. Como el ex CEO de Wizard Entertainment, Gareb Shamus, dijo una vez al Chicago Tribune: “Cuando hablas de coleccionables, se trata de tener cosas que son raras y, en muchos casos, únicas. Lo que Gary tiene es una parte de la historia que la gente no ha visto antes. Eso es lo que hace fluir los jugos para los coleccionistas”.
Colabuono dice que solo se vio a sí mismo como el cuidador temporal de estos botes de basura, que nunca debieron sobrevivir más de 80 años después de su producción rápida. Y así, un año después de que Heritage vendiera su basurero de Action Comics por $204,000, trae a subasta cuatro títulos más, cada uno... bueno, Super.
Está ese basurero de Superman Comics que presenta en su portada la imagen icónica de Action Comics # 7, que muestra al Hombre de Acero colgando un cayado sobre Metrópolis; su interior era una historia de Superman contada previamente en Action Comics #8. Solo se sabe que existen dos copias de este cenicero: esta y otra Colabuono vendidas hace 21 años. Incluso DC no tiene una copia en sus bóvedas.
Esta rareza extraordinaria es anterior a Superman #1, que llega a los quioscos en el verano de 1939, sin "Comics" como parte de su título. Esta portada se subastó por $288,000 y se esperaban $43,200 por ella.
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Según la Oficina de Patentes y Marcas de EE. UU., este cenicero se presentó el 24 de octubre de 1941 y se registró oficialmente siete meses después. Solo que no había una Supermujer en ese momento; aunque los personajes que usaban ese apodo aparecieron ya en 1943, DC en realidad no publicó un título de Superwoman hasta 2016. Pero DC en 1941 tenía buenas razones para creer que un competidor se lanzaría y robaría el título: dos años antes, la compañía demandó con éxito a Fox. Publicando sobre su imitación de Superman, Wonder Man, y seguramente le seguirían más imitadores con capas.
Esta portada se subastó por los mismos $43,200 que esperaban por ella.
Sin una Supermujer para aparecer en la portada del basurero, DC usó en su lugar la obra de arte Dr. Fate que apareció en el frente de More Fun Comics #73, el clásico de la Edad de Oro que presentó los debuts de Aquaman y Green Arrow. Y su diseño interior provino de Action Comics #38, el mismo que se usó para el basurero de Superboy también en esta subasta.
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Esta portada se subastó por $48,000 y se esperaban por $7,800 por ella.
La subasta de abril también presenta el único basurero de Supergirl que se sabe que existe, y el único título de Super en esta subasta que no provino de Harrison.
Como señala Colabuono, la comunidad de coleccionistas solo se dio cuenta de su existencia hace 35 años, cuando apareció en un anuncio clasificado en la Guía del comprador de cómics. Un coleccionista de la costa este dijo que un pariente que trabajaba en DC recibió el libro como recuerdo cuando se jubiló. El coleccionista dijo que más tarde le dieron el cenicero como regalo de cumpleaños.
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Esta portada se subastó por $28,800 y se esperaban por $6,600 por ella.
Colabuono había planeado subastar esta colección una vez antes, solo para tener "los pies fríos", dice con una sonrisa. Pero luego se dio cuenta: “Es hora de hacerlo”, dice ahora.
“Todos estos son tan geniales, tan importantes y tan raros”, dice Colabuono sobre sus súper ceniceros. “Será interesante para los coleccionistas y el público que algo tan raro salga al mercado. Debe ser algo realmente especial. Siempre estuve orgulloso del hecho de que soy el único hombre en todo el planeta que posee estas cosas. Los mostré en una convención de cómics y estaba muy orgulloso. Bueno, no sé si esa es la palabra correcta, pero siempre supe que solo era el cuidador”.
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